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Crisis industrial en Villa Mercedes: despidos, suspenciones y la angustia de los trabajadores

ia de En Villa Mercedes, una creciente crisis en la industria local está generando una alarmante ola de despidos, suspensiones, precarización laboral e incumplimientos en el pago de indemnizaciones. Empresas históricamente importantes como Acindar, Bagley (Grupo Arcor), Aceros Borroni y otras firmas metalúrgicas, se encuentran sumidas en conflictos gremiales y reducciones de personal, en el marco de un modelo económico nacional que busca bajar la inflación a costa del trabajo y la producción.

Desde comienzos de año, la caída del consumo interno, el atraso cambiario, la apertura a importaciones y el freno general a la obra pública han generado un derrumbe en la actividad industrial, con efectos concretos en San Luis. Según fuentes sindicales, el desempleo crece mes a mes y los trabajadores denuncian prácticas de persecución, presiones para retiros “voluntarios” y recortes salariales encubiertos.

Acindar: suspensiones prolongadas y despidos encubiertos

La planta de Acindar en Villa Mercedes forma parte de la red nacional del grupo ArcelorMittal, que desde marzo de 2024 paralizó la producción en todas sus sedes por una caída en las ventas superior al 35 %. Si bien en la ciudad no se produjeron despidos masivos oficiales, sí se aplican suspensiones sistemáticas que han reducido significativamente los ingresos de los trabajadores.

Además, el gremio UOM denunció en otras sedes de la empresa (como Villa Constitución) el uso de suspensiones como paso previo a despidos por goteo, incluso contra trabajadores que participan de asambleas gremiales. La preocupación crece entre los operarios locales por la falta de garantías de continuidad laboral, mientras las líneas de producción siguen funcionando a media máquina o están totalmente paradas.

Bagley-Arcor: despidos discriminatorios y denuncias por persecución sindical

En el corazón de la industria alimenticia local, Bagley (Grupo Arcor) enfrenta un conflicto de alta tensión. En julio de 2025, fue despedido Sergio Montivero, operario con 18 años de antigüedad y delegado gremial, tras reincorporarse de una licencia médica con alta oficial. La empresa no sólo desconoció la validez del certificado sino que evitó pagar la indemnización correspondiente, según denunciaron desde el Sindicato de la Alimentación (STIA).

El caso Montivero es apenas la punta del iceberg. Delegados gremiales aseguran que la empresa aplica un plan sistemático de disciplinamiento, con cartas documento, traslados arbitrarios, amenazas y presión directa sobre el activismo sindical, en lo que describen como una “caza de brujas” contra quienes organizan reclamos.

Bagley, que emplea a más de 2.000 personas entre sus plantas de San Luis y Córdoba, es una de las principales generadoras de empleo privado de la provincia. Sin embargo, el clima laboral se volvió insostenible en los últimos meses: aumento de ritmos de producción, horas extra forzadas y despidos encubiertos marcan el presente de una fábrica que, pese a ser rentable, opta por achicar personal y silenciar voces disidentes.

La crisis también afecta a empresas más pequeñas. En Aceros Borroni, se confirmaron al menos 16 despidos durante el primer semestre de 2025, con trabajadores que denuncian falta de pago de indemnizaciones y reemplazos informales con contratados sin derechos. Desde la delegación local de la CGT advierten que muchas pymes del sector metalúrgico y plástico están reduciendo personal sin notificación pública, a través de retiros encubiertos, suspensiones prolongadas y no renovación de contratos.

El sindicato metalúrgico local calcula que sólo entre abril y julio de este año se perdieron más de 100 puestos industriales formales en Villa Mercedes, aunque reconocen que el número real podría ser mayor si se incluyen contratados no registrados o trabajadores en negro.

Mientras el Gobierno nacional celebra una baja sostenida de la inflación, especialistas y gremialistas remarcan que ese resultado se logra por el enfriamiento brutal del mercado interno, el atraso cambiario, la paralización de la obra pública y la destrucción del salario real. En ese marco, industrias como la del acero, el alimento procesado y los materiales de construcción han visto caer sus ventas hasta un 40 % en el primer semestre del año.

La apertura de importaciones, la caída del crédito y el retiro del Estado como actor productivo profundizan un escenario que recuerda al modelo de los años noventa, con despidos encubiertos, precarización del empleo y un ataque sistemático a la organización sindical.

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