En la planta de Kho-i-nor / Autosal se concretaron 11 despidos esta semana y se aplicaron suspensiones con el 75 % del salario, en un contexto donde trabajadores con más de 10 años de antigüedad se vieron afectados. Esta situación, lejos de ser un hecho aislado, refleja una tendencia en toda la industria nacional, agravada por el modelo económico implementado por el presidente Javier Milei y su “motosierra” de ajustes.
Despidos y suspensiones: la nueva normalidad
Este cuadro de crisis laboral se ve reflejado en datos alarmantes:
- Según la Unión Industrial Argentina (UIA), el 24 % de las industrias registraron despidos, mientras que muchas más aplicaron suspensiones o reducción de turnos como respuesta a la drástica caída de producción y ventas.
- En la provincia de Buenos Aires, ya se acumulan 37.000 despidos en el sector industrial en los primeros seis meses de la gestión de Milei, especialmente graves en manufactura y construcción.
- En el marco nacional, se estiman 200.000 despidos en el sector privado entre noviembre de 2023 y abril de 2024, con más de 10.000 suspensiones adicionales.
- La CSIRA, que reúne a 36 sindicatos industriales del país, advierte que el 75 % de sus afiliados espera que la crisis se agrave en los próximos meses.
Un modelo que impacta en lo productivo
La normativa implementada por el gobierno, basada en una fuerte reducción del Estado, liberalización comercial y desregulación laboral, fue aplaudida por sectores concentrados, pero arrojó resultados negativos en el empleo formal industrial.
- El informe del CEPA señala que las decisiones económicas y los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) promovieron un sesgo “anti-industria”: derribo del INTI, eliminación de leyes de protección, menor incentivo productivo.
- Pymes y fábricas sufren el desmoronamiento: se estima que 25.000 empresas podrían desaparecer en 2025, con una pérdida de 300.000 empleos, si no se revierten las políticas actuales.
El caso puntual de Kho-i-nor / Autosal sintetiza el panorama angustiante: despidos, suspensiones y daño a trabajadores de larga trayectoria. Pero también está inscripto en un modelo macroeconómico que prioriza el ajuste sobre la producción nacional, dejando al sistema productivo en estado de emergencia.