En una jornada marcada por la inestabilidad política y financiera, los mercados argentinos sufren sacudones significativos. El riesgo país argentino, medido por el EMBI+ de JP Morgan, volvió a subir y se ubica por encima de los 1.400 puntos básicos, alcanzando máximos recientes tras la derrota política que sufrió el gobierno de Javier Milei.
Los bonos soberanos, especialmente los Globales en dólares con ley extranjera, enfrentan caídas pronunciadas: en promedio retroceden entre un 4-5 %, algunos hasta casi 7-8 % en Wall Street. El Global 29, Global 30, Global 35, Global 38 y Global 41 entre los más afectados.
El dólar oficial mayorista superó el techo de la banda de flotación, rozando los $1.474,50, lo que obligó al Banco Central a intervenir con ventas de reservas para contener su avance. Mientras tanto, el dólar paralelo continúa sueva a los niveles más altos vistos en los últimos días, profundizando la brecha cambiaria que pone presión adicional sobre los precios locales y los costos de importación.
El índice accionario local también sufre el impacto: el S&P Merval cae en moneda local y aún más en dólares, reflejando el temor de los inversores ante la posibilidad de que la crisis de confianza se profundice.
Causas y contexto:
- La derrota política del oficialismo en la Provincia de Buenos Aires y el rechazo de los vetos presidenciales en el Congreso han aumentado la incertidumbre sobre la consistencia del plan económico y fiscal del Gobierno.
- Muchas consultas de mercado apuntan a la escasez de reservas netas, la necesidad de cumplir vencimientos de deuda en dólares y los costos de importar insumos, que se vuelven más caros con un peso cada vez más depreciado.
- Las expectativas sobre inflación futura se resienten: cuando el dólar sube, los precios mayoristas se aceleran, lo que tarde o temprano impacta en los precios minoristas. Esto alimenta la espiral de precios que preocupa tanto a consumidores como analistas.
Posibles consecuencias:
- Dificultad para que el Gobierno pueda volver a emitir deuda en mercados voluntarios sin pagar tasas muy altas, lo cual limita la capacidad de financiamiento externo.
- Más presión sobre los precios internos: productos importados o de insumos importados van a costar más, lo que puede trasladarse al consumidor y alimentar la inflación.
- Encuestas y expectativas económicas para los próximos meses podrían deteriorarse aún más, si no hay señales claras de estabilización.
- Posible intervención más frecuente del Banco Central, lo que podría agotar reservas si la presión sobre el dólar continua.