En un intento por reducir costos y aumentar la capacidad de pasajeros, algunas aerolíneas de bajo costo están considerando la implementación de asientos verticales que obligarían a los viajeros a adoptar una posición semi-erguida durante los vuelos. Este concepto, desarrollado por la empresa italiana Aviointeriors, ha generado debate en la industria aérea y entre los pasajeros.
Aviointeriors presentó por primera vez su prototipo de asiento vertical, denominado Skyrider, en 2010. Desde entonces, ha evolucionado hasta el modelo Skyrider 3.0, que busca permitir a las aerolíneas aumentar hasta en un 20% la capacidad de sus cabinas. El diseño se asemeja a una silla de montar, con un respaldo vertical y un pequeño soporte para sentarse, lo que obliga al pasajero a mantener una postura semi-erguida durante el vuelo. La distancia entre filas se reduciría a 58,42 cm, comparado con los 71,12 cm estándar en clase económica.
Aerolíneas como Ryanair han mostrado interés en este tipo de asientos para vuelos de corta duración. El CEO de Ryanair, Michael O’Leary, ha sugerido que estos asientos podrían permitir ofrecer boletos a precios significativamente más bajos, incluso de 1 euro.
Sin embargo, la implementación de estos asientos enfrenta desafíos regulatorios. Las normativas actuales de seguridad aérea requieren que los asientos cumplan con ciertos estándares, incluyendo la distancia mínima entre filas y la capacidad de resistir fuerzas en caso de emergencia. Hasta la fecha, los diseños como el Skyrider no han recibido la aprobación necesaria para su uso comercial.
La propuesta ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos ven en estos asientos una oportunidad para viajar a precios más accesibles, otros expresan preocupaciones sobre la comodidad y seguridad de los pasajeros. Además, organizaciones de consumidores han cuestionado si la reducción de espacio y confort es una medida justa para los viajeros.
Por ahora, los asientos verticales como el Skyrider permanecen como prototipos en exhibiciones y ferias de la industria aeronáutica. Su adopción dependerá de la evolución de las regulaciones y de la aceptación por parte del públic
