Tras seis años de espera, se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal N.º 2 de Zárate-Campana el juicio oral y público contra Claudio Contardi, acusado de abuso sexual con acceso carnal agravado, violencia psicológica, física y económica hacia Julieta Prandi, su exesposa y madre de sus hijos.
La audiencia comenzó el miércoles 6 de agosto a las 9 h. Julieta Prandi fue la primera en declarar, relatando en primera persona el calvario vivido y denunciando más de tres años de violencia reiterada. Expresó ante la prensa: “No estoy pidiendo dinero, me robaron años de vida” y solicitó una pena de 20 a 30 años de prisión.
En su declaración, calificó la relación como “un infierno” y reveló: “Lo único que quería era estar muerta”, evidenciando el profundo daño psicológico sufrido.
Respuestas del acusado
Claudio Contardi, por su parte, negó los cargos y afirmó que la relación “siempre fue consentida”. Frente a los jueces afirmó que Julieta “miente” y que nunca hubo coerción. Además, intentó imponer una estrategia legal para postergar la causa, generando indignación en la defensa de Prandi.
Uno de los testimonios más impactantes fue el del psiquiatra Rafael Herrera Milano, quien elaboró un informe clínico fundamental para la causa. Durante su intervención, describió los efectos del abuso sobre la modelo: un estado continuo de estrés, daño físico y psicológico, insomnio, recidivas traumáticas, y afectación en sus relaciones actuales.
Diversos testigos también coincidieron en presentar a Prandi como una mujer en estado de alerta constante, sometida y angustiada. Incluso hubo un curioso corte en la audiencia por una sospecha de fuga de gas, interrumpiendo transitoriamente el relato de un testigo clave.
El juicio continuará en los próximos días con más testimonios. La gravedad de los hechos denunciados —abuso sexual reiterado, violencia de género y daño psicológico severo— permite prever una expectativa elevada en caso de condena. La defensa de Prandi, con un equipo liderado por Fernando Burlando y Javier Baños, insiste en la necesidad de una sentencia firme.