Villa Mercedes. Un conflicto interno en un aula de 7.º año del Ramiro Podetti se hizo público este martes tras la denuncia de Silvia Figueroa, quien afirma que su hija, de 18 años, fue víctima de acoso por parte de sus compañeros desde principios de año. Según la madre, la situación comenzó con la presentación anticipada del buzo y la remera de la promoción, lo que desató burlas, aislamiento social y mensajes ofensivos en redes.
“Mi hija no quiere ir más al colegio. Hace más de seis meses hice una denuncia interna y nunca actuaron”, relató Figueroa en diálogo con un medio local.
La escuela está ubicada en pleno centro de la ciudad, y Figueroa asegura que presentó actas ante la institución sin que se tomaran medidas concretas. Las puertas y aulas de la escuela funcionan con normalidad, pero la joven acusa que tanto el aislamiento como las agresiones verbales se intensificaron tras la entrega del buzo de la promo.
En respuesta, el grupo de egresados identificado como Promo 25 IDP publicó un comunicado en Instagram (@promo25_idp) negando las acusaciones. Según su mensaje, “las denuncias son falsas. Tenemos pruebas y actas que lo demuestran”, y explicaron que el conflicto se generó por “comentarios y malentendidos” sin agresiones físicas verificadas.
La polémica generó inquietud en la comunidad educativa de Villa Mercedes y en la capital provincial: en San Luis ciudad, la madre también se reunió con referentes de los padres y se pidió la intervención del área de Tutoría del ministerio de Educación provincial para que medie en el conflicto. La gravedad radica no sólo en el vínculo entre estudiantes, sino en la presunta inacción institucional al no registrar sanciones o seguimiento del caso, según la denuncia de la progenitora.
Desde las redes de la escuela y de la Promo 25 se pidió respeto para los protagonistas y un proceso de investigación “serio y justo”. Los especialistas en convivencia escolar advierten que este tipo de situaciones, cuando se viralizan en redes, tienen un gran impacto en la salud emocional de los jóvenes, y que sin intervención temprana pueden derivar en abandono escolar o aislamiento prolongado.
Para la madre, el reclamo es claro: “Que la escuela actúe, que haya sanciones si corresponde y que se garantice que mi hija puede volver sin miedo”. En tanto, el ministerio de Educación informó que abrirá una carpeta de seguimiento para establecer lo ocurrido, evaluar los registros del plantel, entrevistar a los alumnos implicados, escuchar a la víctima y sus allegados y determinar si hubo o no acoso sistemático.










