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Claudio Poggi, el “ciudadano” que llama a votar por Milei

El gobernador de San Luis, Claudio Poggi, volvió a mostrar su verdadero rostro político. Esta vez, disfrazado de “ciudadano”. En declaraciones recientes, llamó a los sanluiseños a participar de las elecciones del próximo domingo y anticipó que apoyará la boleta de La Libertad Avanza, aclarando —casi como si pidiera disculpas— que lo hará “no como gobernador, sino como ciudadano”. Pero las palabras, cuando se analizan con memoria, revelan otra historia. Porque fue el propio Poggi quien, semanas antes del cierre de listas nacionales, aseguró que su frente no presentaría candidatos “por falta de acuerdo entre los partidos que lo integran”. Lo que en ese momento pareció una retirada estratégica, hoy se confirma como una maniobra calculada: evitar pegarse a Javier Milei en los papeles, pero garantizarle el apoyo político en los hechos.

Un juego de sombras: no presenta lista, pero pone a los suyos

Detrás del gesto “republicano” se esconde la jugada de siempre. Poggi no presentó listas, pero colocó a una de sus personas más cercanas, la ex ministra Mónica Becerra, en la boleta de La Libertad Avanza. Es decir: se retiró del escenario formal, pero sigue dirigiendo la orquesta desde detrás del telón. Y así, como un buen alumno de Milei, ha aplicado la motosierra en la provincia: sueldos congelados, jubilaciones de miseria, recortes en programas sociales y trabajadores estatales que ya se ubican por debajo del umbral de pobreza, algunos incluso dentro de la indigencia.Un gobierno que ajusta hacia abajo mientras promete “eficiencia” y “modernización”.

Las declaraciones del gobernador no pasarán inadvertidas. Su “apoyo ciudadano” a La Libertad Avanza genera ruido dentro de su propio frente, especialmente entre los aliados que se quedaron sin presentar lista y que ahora ven cómo Poggi entrega el escenario político provincial al mileísmo, después de haberlos dejado afuera del armado.¿Qué dirán ahora esos sectores que confiaron en un frente plural y terminaron siendo parte de una estrategia que los invisibilizó? ¿Qué lugar les queda en el tablero político si el propio gobernador decide alinearse —aunque lo niegue— con el proyecto libertario nacional? En la provincia, muchos dirigentes ya hablan de traición política, otros de “acuerdo silencioso” y algunos prefieren el silencio, conscientes de que cuestionar a Poggi hoy significa quedar fuera de toda estructura oficial mañana.

Gobernar diciendo una cosa y haciendo otra

Poggi intenta despegarse de Milei en el discurso, pero replica su método y su retórica. Dice “no soy el Estado, soy un ciudadano”, del mismo modo que Milei a veces habla “como presidente” y otras “como persona”.En esa confusión entre lo institucional y lo personal se disuelve la responsabilidad política.Pero lo cierto es que Poggi no es un ciudadano más: es el gobernador de San Luis, con poder de decisión sobre cada salario, cada presupuesto y cada política pública.

El gobernador que hoy se disfraza de “ciudadano” es el mismo que aplicó el ajuste más duro de los últimos años, el mismo que desoyó reclamos docentes, jubilados y de la administración pública, y que hoy pretende que los sanluiseños olviden esas heridas con un voto libertario que él impulsa, aunque intente negarlo.

El discurso de Poggi busca mostrarse neutral, pero los hechos lo desmienten. No presentar lista propia fue una decisión política que favoreció directamente a La Libertad Avanza. Y ahora, con sus palabras, el propio gobernador lo confirma.Habrá que ver qué repercusiones tiene su pronunciamiento, no solo en la sociedad, sino entre sus propios aliados, que ya empiezan a preguntarse qué lugar les queda en un proyecto que parece tener una sola dirección: la del ajuste y la obediencia a Milei. Porque en política, como en la vida, no basta con decir “hablo como ciudadano”.Cuando se gobierna, cada palabra es un acto de poder.

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