Ciudad del Vaticano, 7 de mayo de 2025 — Con la solemnidad que caracteriza estos eventos, 133 cardenales menores de 80 años se han reunido en la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. El proceso comenzó con una misa en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien instó a los electores a buscar la unidad y actuar con conciencia en la elección del nuevo líder de los 1.400 millones de católicos en el mundo.
El cónclave se desarrolla en un contexto de diversidad sin precedentes: 108 de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco, muchos provenientes de regiones tradicionalmente subrepresentadas, lo que refleja la globalización de la Iglesia. Los cardenales han jurado mantener el secreto absoluto sobre las deliberaciones y votaciones, que requieren una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo pontífice.
Entre los nombres que más suenan para suceder a Francisco destacan:
- Cardenal Pietro Parolin (Italia, 70 años): Secretario de Estado del Vaticano desde 2013, es considerado un moderado y hábil diplomático. Su elección representaría una continuidad con la línea de Francisco.
- Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): Conocido como el “Francisco asiático”, es defensor de una Iglesia inclusiva y cercana a los pobres. Su elección marcaría la llegada del primer Papa asiático.
- Cardenal Matteo Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es visto como un progresista alineado con Francisco, conocido por su trabajo en mediación de conflictos.
- Cardenal Peter Erdö (Hungría, 72 años): Representa el ala conservadora europea, con experiencia en el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa.
- Cardenal Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 65 años): Presidente del Episcopado de África y Madagascar, su elección podría representar un giro hacia el conservadurismo en la Iglesia.
El nuevo Papa enfrentará desafíos significativos, incluyendo la gestión de las tensiones internas entre las corrientes conservadoras y progresistas, la inclusión de jóvenes y mujeres en roles más activos dentro de la Iglesia, y la respuesta a los escándalos de abuso sexual. Además, deberá continuar el proceso de reforma iniciado por Francisco y fortalecer la presencia de la Iglesia en un mundo cada vez más secularizado.
La elección del nuevo pontífice es esperada con gran expectación tanto dentro como fuera de la Iglesia Católica. La “fumata blanca” que anunciará al nuevo Papa podría producirse en los próximos días, dependiendo de la rapidez con que los cardenales lleguen a un consenso.
Este proceso histórico refleja la búsqueda de la Iglesia por un liderazgo que pueda unir a sus fieles y guiarla en tiempos de cambio y desafíos globales.
