El Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, emblema de la salud pública infantil en Argentina, enfrenta una crisis sin precedentes debido al desfinanciamiento impuesto por el gobierno de Javier Milei. Este centro, que atiende a niños de todo el país con patologías complejas, ha visto cómo las políticas de ajuste han deteriorado sus condiciones operativas y salariales, llevando a su personal a realizar múltiples paros y movilizaciones en defensa de la atención médica de calidad.
Desde la asunción de Milei, el Garrahan ha experimentado una significativa reducción en su presupuesto. Aunque el hospital es autárquico y se financia en un 80% por el Estado nacional y un 20% por la Ciudad de Buenos Aires, en enero de 2024 no recibió fondos de Nación, situación que ya había ocurrido en gestiones anteriores pero que, en el contexto actual, se agrava por la falta de actualización presupuestaria frente a la inflación.
Esta situación ha llevado a una alarmante escasez de insumos médicos, obligando al personal a reutilizar materiales y a reducir la cantidad de cirugías de alta complejidad, incrementando los tiempos de espera para pacientes con cuadros urgentes.
Los trabajadores del Garrahan denuncian que sus salarios no alcanzan para cubrir la canasta básica. Una médica con 20 años de antigüedad gana aproximadamente 1.450.000 pesos, mientras que una enfermera percibe 890.000 pesos, cifras que no se corresponden con la carga horaria y la complejidad de las tareas que realizan.
Ante esta situación, muchos profesionales han optado por el pluriempleo o directamente han renunciado, buscando mejores condiciones laborales en el sector privado o en el extranjero.
En respuesta a esta crisis, el personal del Garrahan ha llevado a cabo múltiples paros y movilizaciones, incluyendo una marcha de velas al Congreso nacional y a la Legislatura porteña, exigiendo una recomposición salarial del 100% y la eliminación del impuesto a las ganancias.
Además, se han sumado a la Marcha Federal en Defensa de la Salud Pública y la Vida, denunciando el desmantelamiento del sistema sanitario y la precarización de las condiciones laborales.
La situación del Hospital Garrahan refleja las consecuencias de las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei. El desfinanciamiento de la salud pública no solo pone en riesgo la atención médica de los niños más vulnerables, sino que también socava los derechos fundamentales de la población.
Es imperativo que se tomen medidas urgentes para garantizar el funcionamiento adecuado del Garrahan y de todo el sistema de salud pública, asegurando condiciones laborales dignas para sus trabajadores y una atención médica de calidad para todos los argentinos.
