EE. UU. se desmarca de los ataques mientras Europa llama a la contención. Irán habla de “declaración de guerra” tras bombardeos israelíes contra sitios nucleares y militares clave.
En la madrugada de este viernes, el conflicto entre Israel e Irán alcanzó un nuevo punto de máxima tensión, luego de que fuerzas israelíes lanzaran una amplia ofensiva aérea sobre territorio iraní. El ataque, que incluyó el despliegue de aproximadamente 200 aviones, tuvo como blanco más de un centenar de instalaciones, incluyendo infraestructura nuclear, bases militares y líderes clave de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Entre los objetivos reportados se encuentran centrales en Natanz e Isfahán, así como altos mandos militares y científicos vinculados al programa atómico iraní. El operativo, denominado Operación Rising Lion, fue confirmado por fuentes del gobierno israelí.
Desde Teherán, las autoridades confirmaron “múltiples explosiones” en diversas regiones del país y al menos 50 heridos como resultado de los ataques. Poco después, Irán respondió con el lanzamiento de más de 100 drones hacia Israel, según confirmó el Ejército israelí, aunque la mayoría fueron interceptados antes de llegar a su destino.
Dijeron desde Teherán: “Esto es una declaración de guerra”
El líder supremo iraní, Ayatolá Ali Khamenei, calificó el ataque como una “agresión directa” y advirtió que quienes lo perpetraron “deberán enfrentar consecuencias severas”. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní se afirmó que el país se reserva el derecho a tomar “todas las medidas necesarias para proteger su soberanía”
El ataque generó una ola de reacciones en todo el mundo, con llamados urgentes a la moderación:
Estados Unidos negó haber participado en la ofensiva. El Departamento de Estado declaró que “Israel actuó de manera unilateral” y enfatizó que Washington mantiene su prioridad en “la estabilidad regional y la vía diplomática”.
Desde el Congreso estadounidense, legisladores republicanos expresaron respaldo al gobierno israelí, mientras que varios demócratas pidieron evitar una escalada que pueda poner en riesgo al personal militar estadounidense desplegado en Medio Oriente.
La Unión Europea, a través de Ursula von der Leyen, expresó “profunda preocupación” por los hechos y exhortó a todas las partes a “detener inmediatamente cualquier acción que eleve el riesgo de una guerra regional”.
Los gobiernos de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Países Bajos también condenaron la violencia y reiteraron su apoyo a una salida negociada al conflicto.
Este nuevo capítulo en la prolongada rivalidad entre Irán e Israel llega en un momento clave, en medio de negociaciones nucleares frágiles y una situación regional volátil.
Expertos alertan que los ataques israelíes podrían dar lugar a un aceleramiento del programa atómico iraní, endureciendo la postura del régimen de Teherán. Asimismo, los mercados reaccionaron con un aumento de más del 8 % en el precio del petróleo, reflejando la preocupación global ante una posible guerra de mayor escala.
La ONU convocó a una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad para discutir la situación.
La ofensiva israelí sobre Irán marca un giro crítico en las tensiones regionales y podría modificar el equilibrio estratégico en Medio Oriente. Mientras la comunidad internacional intenta evitar una confrontación abierta, el riesgo de un conflicto prolongado crece, con consecuencias potencialmente devastadoras para la estabilidad global.
