La Franja de Gaza afronta una de las peores crisis humanitarias de nuestra era. Naciones Unidas y múltiples agencias alertan sobre una hambruna ya en curso, emergiendo de un bloqueo impuesto por Israel que limita drásticamente el ingreso de alimentos, medicinas y agua. Al cierre del primer semestre de 2025, más de 193 personas —incluidos 96 niños— han fallecido por desnutrición y falta de recursos básicos.
Bloqueo, destrucción de infraestructura y cosechas
Desde marzo, la escasez se ha profundizado: los precios de alimentos se dispararon más de 1.400 %, y las panaderías clave quedaron sin suministros esenciales. Solo 1,5 % de las tierras agrícolas de Gaza siguen explotables, lo que evidencia un ataque sistemático contra la autosuficiencia alimentaria.
Crisis infantil catastrófica
Según UNICEF y WFP, alrededor de 470.000 personas enfrentan hambre catastrófica (IPC Nivel 5), con 71.000 niños y 17.000 madres urgentemente necesitados de tratamiento nutricional. La falta de acceso seguro a alimentos y atención médica está causando muertes evitables.
Denuncias de genocidio por hambre deliberado
Un comité especial de la ONU concluyó que las tácticas militares israelíes en Gaza cumplen con los criterios de genocidio, al emplear el hambre como arma de guerra. El Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación condenó una campaña sistemática de inanición, enfatizando que tanto la Corte Penal Internacional como la Corte Internacional de Justicia reconocen este riesgo.
La comunidad internacional exige intervención
- El Consejo de Europa acusa a Israel de provocar la hambruna de manera deliberada.
- Parlamentos como el turco reclaman al Consejo de Seguridad de la ONU una acción inmediata.
- Las agencias ONU advierten que Gaza ya está “más allá de lo catastrófico”.
- Expertos en derechos humanos exigen el fin de la impunidad y llaman a aplicar todos los mecanismos legales disponibles para detener el genocidio.
Esta crisis no es natural sino manufacturada: la hambruna en Gaza no es inevitable, es criminal. El bloqueo y la destrucción intencional de fuentes de sustento están matando a miles, sobre todo niños. Ya no se trata de una advertencia: hoy mueren de hambre. La comunidad internacional ya no puede mirar hacia otro lado.
