Anoche, en cadena nacional, Javier Milei presentó el proyecto de Presupuesto 2026 con un mensaje claro: su gobierno sostiene que “lo peor ya pasó”. Esa frase, ya famosa, fue usada por Mauricio Macri en 2018, antes de que el país terminara en problemas mayores —y ahora vuelve a sonar, en un contexto cargado de promesas difíciles de probar.
Las frases más destacadas que resumieron el discurso:
- “La parte más dura del proceso económico ya pasó.”
- “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno.”
- “El futuro de la Argentina depende de que el pueblo y la política se comprometan con el orden fiscal.”
- “Si fallamos, volveremos a caer en el pozo de la inflación descontrolada y la destrucción de toda expectativa en el país.”
- “Nunca vieron algo como lo que está llevando adelante nuestra gestión, porque lo que cambió es la receta.”
- “Este presupuesto presenta el menor nivel de gasto a nivel nacional en relación al PBI de los últimos 30 años.”
Los datos y contradicciones sobre el dólar y las proyecciones:
- En el presupuesto Milei proyecta que hacia fin de 2026 el tipo de cambio oficial será de $1.423 por dólar.
- Sin embargo, al 15-16 de septiembre de 2025, el dólar oficial cerró por encima de $1.470-1.480 en el mercado mayorista/bancos.
- Eso quiere decir que la proyección del presupuesto ya está superada por la realidad cambiante del contexto económico, lo que plantea una gran duda sobre si las otras estimaciones (inflación, crecimiento, superávit) se podrán cumplir.
¿Puede Milei cumplir lo que dijo anoche?
- Las metas son ambiciosas: inflación proyectada de 10,1 % para 2026, superávit primario del 1,5 % del PIB, crecimiento del 5 %, aumentos en salud, educación y jubilaciones por encima de la inflación.
- Pero ya hay señales que indican lo contrario. El mercado cambiario está bajo presión política, el riesgo país está alto, y el dólar oficial ya opera cerca-o-por encima del techo de la banda cambiaria diaria vigente.
- Además, los sectores sociales ya expresan descontento: jubilados, personas con discapacidad, universidades públicas. La “Marcha Universitaria” sigue vigente como símbolo de rechazo al ajuste y al veto al financiamiento educativo.
Este discurso parece responder tanto a una real necesidad económica como a algo más político.
Milei necesita recuperar credibilidad después del sacudón que sufrió en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Esa derrota mostró un desgaste fuerte del oficialismo, y los mercados reaccionaron: subió el dólar, subió el riesgo país, aumentó la incertidumbre general.
Decir “lo peor ya pasó” funciona como una frase de campaña más que como un diagnóstico seguro, porque hay muchas variables fuera de control: inflación importada, precios internacionales, reservas del Banco Central, confianza política, reacciones del Congreso, protestas sociales.
Podría ser este presupuesto una combinación de discurso electoral, ajuste ideológico y necesidad de dar señales a los inversores; lo que no está claro es si lo que se promete se podrá concretar sin renegociaciones, sin sorpresas macroeconómicas, y sin afectar todavía más a los sectores más vulnerables.