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Lula visitó a Cristina Kirchner bajo arresto domiciliario y denunció persecución judicial

En un gesto político de fuerte contenido simbólico y regional, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó este miércoles a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en el departamento del barrio porteño de Constitución donde cumple prisión domiciliaria. El encuentro, que se extendió durante unos 45 minutos, fue autorizado por la Justicia argentina y se produjo en el marco de la visita del mandatario brasileño a Buenos Aires con motivo de la Cumbre del Mercosur.

La reunión, calificada por ambos como “íntima pero profundamente política”, marcó un hito en la relación entre los dos líderes y se convirtió rápidamente en el hecho político más comentado de la jornada. Cristina Fernández, condenada por corrupción en la causa conocida como “Vialidad”, permanece detenida en su domicilio desde el mes de marzo, una decisión judicial que ha generado un amplio debate sobre el rol del Poder Judicial en la vida política argentina. Lula, que también fue víctima de un proceso judicial que lo mantuvo preso durante más de un año en Brasil antes de ser absuelto, expresó su “solidaridad incondicional” con la exmandataria.

“Le deseé toda la fuerza para seguir luchando. Yo también pasé por esto, y el tiempo terminó dándome la razón”, escribió Lula en su cuenta de X (ex Twitter) tras la visita. Por su parte, Cristina publicó una fotografía del encuentro y agradeció el respaldo del líder brasileño: “Lula también fue víctima del lawfare. Su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de profunda significación”.

Desde el entorno de Fernández de Kirchner señalaron que el presidente brasileño mostró una preocupación genuina por la situación judicial que atraviesa la expresidenta, a la que calificó como “una de las mayores injusticias del continente”. La visita fue cuidadosamente organizada y acompañada por una discreta comitiva presidencial, que ingresó al edificio ubicado sobre la calle San José con autorización del Tribunal Oral Federal N°2.

El hecho generó una fuerte repercusión en la escena política nacional. Desde el oficialismo, varias voces consideraron la visita como un respaldo internacional a la dirigente peronista, mientras que sectores opositores cuestionaron duramente el gesto del presidente brasileño, al que acusaron de “inmiscuirse en asuntos judiciales internos”.

El contexto regional también le dio una lectura más amplia al encuentro. Lula evitó reunirse de forma bilateral con el presidente Javier Milei durante su paso por Buenos Aires, y aunque compartieron actividades protocolares en el marco del Mercosur, no hubo saludo formal ni declaraciones conjuntas. La distancia entre ambos no es nueva: desde su asunción, Milei ha criticado con dureza al mandatario brasileño, a quien ha calificado como “corrupto” y “socialista empobrecedor”.

La visita a Cristina Kirchner se dio apenas horas después de que Lula asumiera la presidencia pro témpore del Mercosur. El gesto fue interpretado por analistas como una señal clara del brasileño hacia los sectores progresistas del continente, en momentos en que el bloque regional enfrenta tensiones internas y divergencias ideológicas entre sus miembros.

Fuentes diplomáticas aseguran que el presidente brasileño buscará “reposicionar al Mercosur desde una lógica de integración con justicia social”, y que su respaldo a Cristina Fernández debe leerse en esa clave. La imagen del encuentro, que recorrió medios y redes sociales en toda la región, quedará como una postal de alto contenido político: dos exjefes de Estado que, tras haber atravesado procesos judiciales cuestionados por la comunidad internacional, se reencuentran desde la experiencia compartida de haber sido víctimas —según ellos— de una “persecución judicial organizada desde sectores del poder económico y mediático”

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