Una familia tipo (dos adultos y dos menores) requiere al menos $1.110.624 mensuales para superar el umbral de pobreza en Argentina, según las últimas mediciones del INDEC. Esta cifra contrasta con los ingresos formales de muchos trabajadores, especialmente tras las políticas de ajuste fiscal y recortes aplicados desde diciembre de 2023 por el gobierno de Javier Milei.
¿Qué representa ese monto?
- La Canasta Básica Total (CBT) —que incluye alimentos, educación, salud, transporte y servicios esenciales— alcanzó $1.110.624 en mayo.
- La línea de la indigencia para la misma familia se ubicó en $500.281.
- En abril, la CBT creció 0,9 % mensual, acumula una suba de 8,4 % en lo que va del año y 34 % interanual.
La pobreza urbana se desplomó desde 52,9 % en principios de 2024 hasta 38,1 % hacia mitad del año, según el INDEC. No obstante, ese descenso se produce mientras una parte importante de la población aún percibe ingresos por debajo de la CBT y la inflación recién empieza a moderarse.
El costo real para los trabajadores bajo políticas de ajuste
- El salario mínimo vital y móvil ($302.600) no alcanza siquiera la línea de indigencia (500.281)
- Según Reuters, el ajuste de Milei dejó al Estado con 15 millones de pobres, tasas de desempleo elevadas y un aumento del trabajo informal, cuyos sueldos son un 41 % menores que los registrados.
- El salario real del sector público caído en más del 15 % real, mientras los privados solo igualan la inflación; los informales siguen muy rezagados .
El presidente impulsó recortes masivos en salud, educación, subsidios, jubilaciones y empleo público; vendió activos estatales e hizo reformas fiscales a cambio de apoyo del FMI. Logró una inflación controlada (del 211 % anual al 43,5 % interanual, con mayo en 1,5 %) y la macroeconomía muestra señales de estabilización . Pero el costo social es alto.
Muchas familias se ven forzadas a endeudarse o usar ahorros, enfrentando una contradicción: el costo de vida se contiene, pero los salarios están estancados. Los trabajadores informales, desempleados o con ingresos públicos experimentan pérdida real del poder adquisitivo, mientras los costos siguen altos. Los sectores medios también sufren: perder subsidios en luz, gas, transporte y salud agrava las cargas familiares.
Aunque la macroeconomía muestra estabilización, el pueblo procesa una realidad de sacrificios y recortes. El salario mínimo ni siquiera cubre la línea de indigencia; una familia tipo necesita más de $1.1 millón para no ser pobre; muchos sectores clave pierden ingresos reales; y un sector informal creciente acentúa la precariedad.