Una multitudinaria marcha tomó la Plaza de Mayo en Buenos Aires para respaldar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple una condena de seis años en prisión domiciliaria por la causa Vialidad.
Convocada por el Partido Justicialista, La Cámpora, sindicatos, movimientos sociales y legisladores provinciales, la concentración reunió columnas que se distribuyeron por avenidas céntricas como la 9 de Julio. La CGT no formalizó su apoyo, aunque hubo presencia de gremios y autoconvocados.
Organismos del PJ estimaron más de un millón de personas, mientras que fuentes oficiales porteñas calcularon unos 158.000 asistentes en el pico de concentración.
Peronistas llegaron también desde Rosario, La Rioja, Mendoza y otros puntos del país, donde se replicaron manifestaciones simultáneas .
Cristina Kirchner habló por primera vez desde su casa en Constitución: “Estoy firme y tranquila… vamos a volver con más fuerza y unidad”, transmitiendo un mensaje de esperanza y resistencia.
El gobernador Axel Kicillof asistió y calificó la condena como “absolutamente injusta”, arropando la consigna de defensa de la democracia frente a lo que denominan “persecución judicial”.
El gobierno de Javier Milei desplegó un fuerte operativo de seguridad: vallado en la Plaza, controles en accesos y la aplicación del protocolo antipipiquete
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, criticó la movilización como “tiranía de la calle” y se mostró alerta tras detener a un militante que supuestamente amenazó a Milei.
Esta marcha se consolidó como una demostración de fuerza unitaria dentro del peronismo frente a lo que consideran una “proscripción política”. Con consignas como “En defensa de la democracia” y “Vamos a volver”, la movilización podría marcar un punto de inflexión en el liderazgo de Cristina Kirchner y la estrategia opositora hacia el gobierno de Milei.