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Tragedia sanitaria: casi 100 muertos por fentanilo contaminado

Argentina atraviesa una de sus peores crisis sanitarias: el fentanilo clínico contaminado ha provocado la muerte de al menos 87 personas, y la cifra podría escalar a 96 debido a una “cifra negra” de víctimas aún bajo revisión.

Un escándalo anunciado

Los lotes contaminados, producidos por HLB Pharma Group junto con Laboratorio Ramallo en diciembre de 2024, estaban infectados con bacterias multirresistentes – Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii. Más de 300.000 ampollas fueron distribuidas, y alrededor de 45.000 fueron administradas a pacientes antes de que se ordenara el retiro.

Las irregularidades ya habían sido detectadas por la ANMAT, que encontró fallas “críticas y mayores” en los procesos productivos. Sin embargo, la intervención llegó demasiado tarde: las fábricas fueron suspendidas recién en febrero, cuando la droga ya había sido elaborada y distribuida.

La voz de las víctimas

La abogada Adriana Francese, representante de familiares, fue brutal al describir el caso: “Nunca se protegió el bien de la salud como se debía”. En declaraciones en Splendid AM, señaló:

  • Se pidió investigar a funcionarios que sabían lo que estaba pasando, pero no hubo respuesta.
  • El laboratorio mostró una actividad “precaria” que debía haber levantado alarmas.
  • “Son fallas críticas” en la fabricación del lote contaminado que no pueden ser ignoradas.
  • Intentaron exhumar cuerpos, pero se desestimó y ahora están peritando historias clínicas.
  • El lote se fabricó el 18 de diciembre y salió al mercado el 4 de enero, violando por completo la cuarentena normativa.
  • Hay “irresponsabilidad” directa por parte de la ANMAT.

Mientras que la justicia avanza nombrando a 24 personas involucradas, congelando sus bienes y restringiendo salidas del país, la administración intenta escurrir responsabilidades. El juez Ernesto Kreplak, al frente del caso, puso en duda la participación de funcionarios y denunció demoras y falta de control.

Por su parte, el dueño de HLB Pharma, Ariel García Furfaro, salió a hablar con cinismo notorio: alegó un presunto sabotaje y se despachó con una frase escalofriante: “Si tengo algo que ver, que me corten la cabeza”.

¿Qué deja este desastre?

  • Se instaló la desconfianza profunda en la regulación sanitaria.
  • Las familias exigen responsabilidades: no habrá cierre mientras no haya justicia.
  • El episodio desnudó las consecuencias de la desregulación, la complicidad científica y la inacción política.

Argentina hoy llora decenas de fallecidos, mientras parte del laboratorio culpable hace gestos teatrales y el Estado reacciona tarde, mal y con excusas. Si esta tragedia no se transforma en punto de inflexión, se repetirá: con nombres diferentes, pero la misma negligencia letal.

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